Posted On 29 Nov 2018

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Hace pocas horas, en la tercer clase de Incomodo, Sol, una de las participantes, y en respuesta a mi pregunta «¿que ves de diferente hoy?» me respondía palabras mas, palabras menos «desde que empece el programa, me siento mas relajada, es como que juego, me atrevo«. Mientras ella me contaba eso, mi ego se inflaba más que Jonny Bravo después de 5 sesiones de CrossFit intensivo, y pensaba al mismo tiempo sobre el concepto de la palabra jugar dentro del emprendimiento.

Y eso me hizo reflexionar, sobre como podemos ver nuestro emprender como justamente eso: un juego.

Socialmente, se asocia la idea de «juego» con algo infantil, pequeño, «de mentira», «inocente» que no tiene validez mas que el entretenimiento temporal. Y desde ese juicio social sobre la palabra juego, podemos reconocer otra cara, correspondiente al juego como lo más «pagano»:  la apuesta, la timba, el resultado que depende del azar; o bien, el juego relacionado con lo sexual, con la seducción, con lo erótico.

El desafió entonces es entender este juego de emprender con un observador distinto, mas amplio, que abarque cada una de estas caras tomando lo mejor de cada ello.

Recuerdo que hace algunos años, subía un post a Instagram que decía «emprender es el juego que te fascinaba cuando eras chico y jugabas a ser grande». Y creo que ahí esta la primer clave, en que para poder jugar debemos conectarnos con nuestro niño interior, el que sabía que quería, el que poco necesitaba y todo creía posible. Y desde esa conexión asumir que hoy somos adultos con cuentas que pagar, bocas que mantener y sueños que cumplir, y establecer a que queremos jugar y como jugar.

La segunda clave que podemos analizar es que cuando emprendemos estamos mostrándonos al mundo, con la idea de que ese mundo nos elija, nos escoja, en otras palabras «nos compre». Por lo tanto, necesitamos convencerlo, persuadirlo… seducirlo. La energía sexual se hace presente de esta manera y queda satisfecha.

La tercer clave la veo en hacernos cargo que cuando emprendemos estamos apostando a nosotros mismos, en que en nuestro juego, vamos a tener el resultado que deseamos -es decir, ganar-.
La apuesta, la idea de la competencia, esta presente.

Ahora bien, he aquí la cuarta clave es la que debemos resaltar. Podemos eliminar el concepto de «suerte», ya que, técnicamente… es imposible perder! Y digo esto con el fundamento basado en las claves que enumere anteriormente: Es nuestro juego, somos nosotros -y nadie mas que nosotros- los que podemos cambiar las reglas cuantas veces sea necesario. Somos nosotros apostando a nosotros mismos. Cuando uno apuesta, lo hace por el que cree que va a ganar. Y si es uno quien juega… vamos a dar «todo.

Dando «todo», en un juego que siempre podes reinventar las reglas… no hay chance: tarde o temprano, ganas. La suerte no existe. Existe la preparación, y el haber sabido esperar el momento oportuno.
Pero la suerte, no.

Podes cansarte del juego y abandonar antes, porque simplemente te cansaste o porque no supiste cambiar las reglas. O contarte que las reglas que trataron de imponer «otros» te afectaron. La realidad es que te cansaste de jugar a eso, quizás porque en ese momento del juego, no te gustaba lo que estaba pasando.

Poder observar el emprendimiento como un juego nos abre la posibilidad de disminuir el el stress que demanda la vida de adulto. Al hacerlo, podemos entender que hay otro concepto de hacer las cosas, diferente, donde las obligaciones pasan a ser diversiones de hacer, donde no necesitamos controlar lo que viene, sino aprender a adaptarnos a eso y celebrar que esta pasando… estamos jugando!

Seguramente este quien en algún momento piense… todo muy Paulo Cohelo y lindo, pero… ¿y las cuentas por pagar? ¿la devaluación? ¿como puedo ver eso como un juego?.

Si te conectas con el pibe o la piba que tenia entre 4 y 10 años, si después de conectarte te asumís adulto que toma decisiones, si estableces tus propias reglas, si te haces cargo que tenes que seducir a los demás con tus ideas, y si apostas al ganador con fe en que va a ganar… las cuentas por pagar, la devaluación o la mierda que quieras contar es una parte mas del juego. 

Es como el Monopoly o esos juegos de carrera financiera. En un momento del juego tenes mucho en el banco, en otros tiras los dados, caes en un casillero y segun la regla y la carta estas en bancarrota. Tiras los dados y salís de ese lugar y volves a foja cero. En estos juegos, los pasos que podes dar los determina el azar de los dados y las reglas que otros escribieron. En la vida real, los pasos que podes dar para salir de ahí los determinas vos y las reglas son tuyas.

Varios son los autores que hablan de hacer un alto en la semana para observar que esta pasando. Te invito a que hoy mismo, hagas un alto en tu día a día y te preguntes si cuando emprendes jugas o padeces. Y que en función a esa respuesta, escojas de nuevo. Y si elegís empezar a jugar, que establezcas tus propias reglas, hagas la apuesta mas alta y salgas a jugar tu mano, tu partido, o lo que hayas decidido jugar.

Hace tiempo que elegí. Y cada semana que hago un alto elijo lo mismo: hacer mis reglas, hacer reglas que me permitan romper las otras reglas, elegír los pasos que voy a dar, como, cuando, con quien y para que.

Como dice una canción: «vivir es jugar y yo quiero seguir jugando».

Y vos, que elegís? Suma tu comentario!